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Los antecedentes históricos de la Archicofradía Encarnada en cuanto hermandad penitencial inspirada por la devoción hacia el Misterio Pascual y la Sangre de Jesucristo Crucificado se remontan a la fundación oficial por la Orden Franciscana en 1590, de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Sangre de Cristo cuya existencia esta constatada desde 1555 y ya tenía por finalidad “conseguir tan gran indulgencia y contrición y mover los corazones de las gentes a piedad con la disciplina y obra (…)” haciendo una procesión “el Jueves Santo que provoca a los que no son devotos… una de las más señaladas procesiones de sangre que se hacen en todo el Reino disciplinándose y sacándose sangre”.
En 1734 posee el título de “Archicofradía” y dos años más tarde dispone de capilla propia con dos retablos en la iglesia del antiguo convento de San Francisco de la Puerta de Nogalte de la ciudad de Lorca, fundado en 1561 .Según sus reglas, “en los cinco primeros miércoles de Cuaresma se celebrarán ejercicios con sermón en memoria de las cinco primeros llagas de Nuestro Divino Redentor, todos los años y en primer domingo del mes de julio, día señalado por la Iglesia para conmemorar la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo se celebrará solemne función con sermón y posible lucimiento; el otro oficio anual por los cofrades difuntos y la procesión del “Jueves de la Cena”.
En este periodo un nuevo paso de nazarenos se une a las cofradías que pervivieron desde el siglo XVIII y a las que se actualizaron en esta centuria: La Hermandad de Nazarenos Coloraos bajo la advocación de Señor de la Sangre, que es fundada en la iglesia exconvento de San Diego por D. Juan de la Cruz Periago, D. Juan Mariano Sastre y Porlán, D. Francisco Méndez Sastre, D. Gregorio Sánchez Manzanera, D. Francisco Sastre de Alcaraz y D. Pedro Agustín espinosa. Este nuevo ente procesionil aunque tiene sus antecedentes por la advocación que venera con la desaparecida Cofradía de la Santa Vera Cruz y sangre de Cristo, difiere totalmente de ella y no es un mero traslado de sede o una restauración. Su titular era el Cristo de la Agonía o Cristo de los Terceros, que ya existía en dicho templo con anterioridad a 1741 y que recibía ese nombre por ser venerado por una Orden Tercera de aquel tiempo. En su primera fase cuenta con una banda de música propia dirigida por D. Serafín Campoy, compuesta en casi su totalidad por vecinos de la barriada de San Cristóbal, pero no se tenía procesión propia, haciendo acto de presencia en las que celebraban las demás cofradías. Esta Hermandad será un montaje también para conseguir el proceso de salvación de templos e imágenes del ambiente desamortizador, ya que se crea por el elemento más industrial de Lorca, residente casi en su totalidad en el populoso Barrio, que divide de nuestra histórica ciudad los márgenes del Guadalentín, pero no en la parroquia de la barriada, la de San Cristóbal, sino en la nueva Rectoría Auxiliar de aquella, San Diego, cuyo exconvento aledaño no tendrá función pública hasta un año después de su fundación en 1864, se crea allí el Asilo de las Hermanitas de los Pobres por D. Eulogio Saavedra y Pérez de Meca.
Año 1888
En este año contaba esta Archicofradía con una caballería romana y una banda de música. Los uniformes que vestían eran a la usanza de los Usares de la Princesa.
Poco a poco fue decayendo el entusiasmo de esta Archicofradía hasta el año 1901.
Año 1904
En este año se crea un grupo de Infantería Romana, ostentaba la Presidencia D. Eulogio Periago Pérez, siendo capitán de dicha Infantería D. Antonio Hernández Díaz y mayordomo D. Baldomero Díaz Rubio, del que se conserva la primera cruceta de esta Archicofradía.
Al no lograr presidir un día las tradicionales procesiones de Semana Santa de Lorca, fue decayendo el ánimo de sus cofrades hasta su total desaparición.
Año 1935
Se reorganiza nuevamente en la Rectoría de San Diego esta Archicofradía por los Señores D. Juan Mariano López, D. Antonio Novo Salas, D. Francisco Alfonso Lizarán Valera, D. Pedro Dimas Periago, D. Juan Díaz Pérez, D. Pascual Martínez Salas, entre otros.
Se confecciona un nuevo reglamento en el cual se establece la celebración anual de un solemne quinario al Cristo Titular y la Procesión del Silencio, que se celebrará en Jueves Santo a las 24 horas, esto todos los años, y al celebrarse las tradicionales procesiones unirse a ellas.
El Jueves Santo de este año de 1935 se celebrará la primera procesión del Silencio con el antiguo Cristo de los Terceros, saliendo de la Rectoría de San Diego a la doce de la noche, con un mayordomo y veinte nazarenos vestidos con túnica encarnada y capuchones negros.
El Estandarte encarnado lo formaba una estampa del Titular con galón dorado.
El Cristo Titular fue portado en un trono improvisado por D. Rafael Sánchez Rebollo.
El recorrido de la carrera tenía el siguiente itinerario: San Diego, calle Mayor, Puente, Alameda de Espartero, Ovalo y regreso a San Diego cruzando nuevamente el Puente.
Año 1936
Con motivo de la contienda civil, fue destruido el Cristo titular y demás prendas y enseres de esta Archicofradía.
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